martes, 17 de noviembre de 2015

Posmodernidad y capitalismo.

En mi opinión la posmodernidad es la culminación de la modernidad y el capitalismo líquido , última fase de ese modo de producción ( quienes me conozcan personalmente que no se asombran, nunca fui no marxista, otros han dejado de serlo), su sustrato material.
   En el nivel genuino de clase ( es decir, ascendiendo desde el ámbito de las estructuras) responde en gran medida a intereses conservadores, los mismos que, anteriores al capitalismo, lo implantaron en Europa.

Si el capitalismo tardio se caracteriza por algo es por su neoliberalismo, su terciarizacion/financiarizacion y su carácter agónico ( ligado a ese predominio del capital financiero que ya sólo puede reproducirse al margen de la economía real o agravando su hundimiento), perceptible desde 1.973 ( el capitalismo no funciona con trabas ni sin ellas, los años dorados pseudokeynesianos eran improrrogables pero su alternativa también).En Europa la solución fue crear el euro para esquilmar a su propio pueblo cuando ya se vislumbraba el cerrado horizonte.
   En la esfera socio económica se ha creado un capitalismo popular más mortecina que esperanzado excepto para una relativa minoría, que ha evitado una explosión social desde los setenta y que a la vez es la causa profunda de la sociedad autista.
   En el terreno cultural la característica es el entreverado ser de vacío y estulticia, predominante desde final de los ochenta y perceptible en el ámbito general ( música pop"cutre", cine y literatura nulos) y en el restringido ( pienses en lo que pienses de, por. ejemplo, la historiografia, se salvan contadas obras), causado, en último término porque casi todo el mundo ha vendido el alma ( sea por necesidad o codicia), y eso les ha dejado sin vida espiritual,  culminando un proceso que algunos ya vieron hacia 1.850 y que Marzo y Engels diagnosticaron como una vuelta de la Humanidad a su esencia primigenia con el desarrollo económico.
   Porque lo que ha ocurrido es la explotación del hombre por el hombre en sentido literal, de cada uno a si mismo, de auto enajenación marxista, al aceptar, resignada o gustosamente la recompensa económica que se le ofrecía.
   Con ello no sólo se creó un cliente listo político masivo a unas élites ya invisibles socialmente, sino que se cercenar os las que los clásicos llamaron condiciones subjetivas de la revolución, justo cuando el capitalismo afronta una crisis sin perspectivas y más allá de entelequicas protestas, por lo que es previsible un largo proceso de empantanado existir del que no sabemos que mundo saldrá.

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